el CLIC de Gonzalo

Así llegó Gonzalo la primera vez a su primera sesión de Coaching:

A las once en punto suena el timbre.

Entra y me saluda mirándome directamente a los ojos.

Es la primera vez que nos vemos, viene recomendado por una colega de trabajo.

Le invito a sentarse y le pregunto cómo esta.

En ese momento noto como su respiración se acelera, su mirada baja y su ritmo a la hora de hablar se ralentiza.

Le doy tiempo, utilizo el silencio como un gran aliado para estos momentos.

Sé que ese momento es crucial, es el punto donde el espacio entre los dos se hace íntimo y cálido.

No hay lugar para las falsas palabras ,ni para las expresiones vacías.

Comienza un proceso que durará varias conversaciones, donde la honestidad por ambas partes ha de ser total.

Dicen que el valiente no es el que no tiene miedo, sino el que mira el miedo de frente.

Comenzar un proceso de coaching tiene mucho de eso, de mirar el Miedo de frente.

Para mi, participar en la vida de Gonzalo es un gran privilegio y una responsabilidad. El me da su tiempo, su confianza y sus expectativas, el desnuda su alma.

Quizás, hasta ese momento, Gonzalo siempre había pensado que ir a contar cosas era de débiles, de cobardes o de incautos. y sobre todo, que no servía para nada.

Pero hoy le tocaba a él iniciar este viaje. Hoy él necesitaba compartir que estaba mal, jodidamente mal.

Gonzalo siempre había pensado que lo único bueno que tenía ser un tío de 40 tacos era que las cosas las tenía claras y que sabía qué hacer con su vida.

Pero un día, mientras estaba en su coche parado en un semáforo, de repente vio su imagen reflejada en un cristal de una tienda y se pregunto: pero quien es ese tío que lleva una monovolumen?

Se giró y vio dos sillas de niños en los asientos traseros y se pregunto:

Pero qué ha pasado en estos últimos años que no me he enterado?

Estaba feliz con su vida, o por lo menos eso creía hasta ese momento.

Algo le hizo un clic por dentro.

Su primera sesión de coaching:

Gonzalo llevaba 12 años casado, tenía dos hijos y un trabajo bastante acorde a sus expectativas.

Si alguien le hubiera dicho a los 20 como querría verse a los 40 es probable que hubiera descrito una foto parecida.

Por qué entonces ese clic en estos momentos?

Todo estaba bien, no tenía causas objetivas para quejarse: salud, dos críos estupendos y una compañera que le conocía bien y que le hacía la vida bastante sencilla.

Que pasaba entonces para que Gonzalo se sintiera mal?

Hace ya unos meses comenzó a sentirse más nervioso, picajoso, de mal humor.

Era como si todo le cayera mal, como si su motivación y su ilusión se hubieran evaporado.

Le costaba ir al curro, jugar con sus hijos o disfrutar de un momento chulo con su pareja.

Todo se le hacía demasiado conocido y previsible.

Y de repente, algo hizo clic y decidió explorar y preguntarse qué coño pasaba.

Así llego a la primera sesión: confuso, larri, apagado.

No sabía describir que le pasaba, simplemente que no le gustaba su previsible y segura vida, y sobre todas las cosas, que no le gustaba la imagen que veía en el espejo sobre sí mismo. se veía como alguien negativo, tóxico y feo.

En esa primera sesión le pregunté con quien había compartido esto y, bajando la cabeza, con voz quebradiza y frágil me dijo: estas cosas no se cuentan, yo no sé contar esto sin tener argumentos que me avalen o causas claras. ( se me ha olvidado contar que a Gonzalo le gusta la ciencia y es médico).

Me dijo que le daba mucha vergüenza estar aquí como un gipollas contándome esto.

Y que te ha movido a venir entonces? Pregunté

¨Darme una oportunidad para entender esto que llaman emociones antes de hacer algo de lo que me arrepienta. Me dijo

Y si hablamos de eso que llaman emociones? Y si sólo hablamos sin buscar soluciones, ni por qués? Le dije yo

Si? Crees que servirá para algo?

Bueno, ya que no lo has probado nunca podemos intentarlo, total que puedes perder?

Y me dijo: quizás mi fortaleza. Me da miedo enfrentarme a mi parte más vulnerable.

Nada más decirlo en alto comenzó a levantar la cabeza y se dejo llevar.

No pude pararle, una vez que, por fin, se dio permiso para compartir cómo se sentía no hubo quien lo parara.

Fue un gran comenzó que continuó después con un plan de trabajo claro y lleno de pasión.

Pedazo valiente Gonzalo!!!!!!

Nada más decirlo en alto comenzó a levantar la cabeza y se dejo llevar.

No pude pararle, una vez que, por fin, se dio permiso para compartir cómo se sentía no hubo quien lo parara.

Fue un gran comenzó que continuó después con un plan de trabajo muy chulo y lleno de pasión.

Pedazo valiente Gonzalo!!!!!!

3 pensamientos sobre “el CLIC de Gonzalo”

  1. Maria : ¿Cómo es posible que algunas personas después de llevar años conviviendo consigo mismas no sean capaces de encontrar ese “punto” capaz de cambiar su punto de vista del mundo, y tu consigas no solo encontrarlor, sino ayudar a la persona que tienes delante a que encuentre esas desviación y la corrija?
    A veces es solo cuestión de un «click» como le pasó a Gonzalo (que no soy yo), pero hay que tener los santos «pelendenges» de encontrarlo, y tu eres una maestra en eso.

    ¿verdad Gonzalo?

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